Día 2 Pascual-La Pascua judía

Lunes Octava de Pascua

Propósito




ORACION INICIAL

Padre resucitado, que sienta la paz que me muestras,
que no se cierren mis “puertas” por el miedo,
que me aferre al Espíritu que me regalas,
para vivir intensamente el compromiso de sentirme enviado

Señor mío y Dios mío, perdona mis debilidades, mis dudas, mis temores
porque aun siendo a veces como Tomás, deseo buscarte, estar contigo
porque aunque me encierre en mis silencios o en mis ruidos, en mis comodidades o en mis ocupaciones
tú sabes como entrar en mi vida, como hacerla distinta,
como insuflar aire en mis vacíos
y oxigenar mi alma endurecida.

Que el Espíritu renovado de la resurrección,
nacido de la victoria sobre la muerte y alimentado por el Amor más generoso
impulse mi fe, mi permanencia en Ti, y aliente el ánimo modesto de quien quiere quererte, seguirte y responderte, Padre

Tu Amor es mi paz, mi paz es tu perdón, y tu perdón es mi camino de testimonio al amparo de tu Fuerza.

AMEN

MEDITACION

LA PASCUA JUDÍA

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El pueblo de nuestros antepasados en la fe, celebra su liberación

La fiesta pascual de los cristianos tiene sus raíces en la pascua de los judíos. Cuanto mejor conozcamos la celebración judía, tanto mejor comprenderemos el papel de la tipología pascual del Antiguo Testamento para interpretar el misterio de la muerte y la resurrección de Jesús y tanto mejor comprenderemos lo que celebramos en la fiesta más importante de nuestra Iglesia.

En Ex 12,1-28 se nos narra la razón por la cual los judíos celebraban la fiesta pascual. La narración está compuesta de diferentes relatos, que proceden de tiempos diversos. Podemos recordar lo siguiente:

Lo que era la fiesta de la Pascua antes del éxodo

Desde tiempos inmemoriales, los pastores nómadas celebraban, con ocasión del comienzo del año, o mejor aún, con ocasión de la época de transición entre el invierno y la primavera, una fiesta especial.

Era la época del año en la cual nacían las crías de las ovejas. Era la época en la cual ellos tenían que comenzar de nuevo la peregrinación que los conduciría al país cultivado, en cuyas inmediaciones podrían pasar el tiempo del verano.

En la noche del primer día de luna llena de la primavera se reunían los pastores en el desierto, sacrificaban un cordero, realizaban un rito mágico para espantar los espíritus que podían perjudicar a los ganados o para ganarse la protección de los buenos espíritus, y celebraban una cena

En esta cena comían las carnes del cordero, con los vegetales que podían encontrar en el desierto. Cuando la celebración tenía efectivamente un sentido religioso, agradecían a los dioses la protección sobre los ganados y la que ellos mismos experimentaban en la peregrinación que los llevaba más allá del desierto.

En algún momento, cuando ya el pueblo era sedentario, la fiesta de la Pascua, que era una fiesta pastoril, coincidió con la fiesta de primavera de los agricultores, que consistía más que todo en comer los panes sin levadura, amasados con los primeros frutos de la cosecha de cereales.


La fiesta propiamente dicha de la Pascua de los israelitas

La fiesta de primavera que ya existía antes del surgimiento de Israel como pueblo, se relacionó estrechamente con la experiencia de fe de la liberación de los hebreos, esclavos en el Egipto: Ex 12,12-13.21-23. Y ya no se celebró en función de los ganados (ni de las cosechas, en el caso de la fiesta de los campesinos), sino como conmemoración de la liberación del éxodo.

La fiesta comenzaba con la cena pascual y se extendía por siete días, de acuerdo con la tradición de los ácimos: Ex 12,14-20.

Esta fiesta de la Pascua israelita tiene toda una historia, que nos obliga a considerar varios momentos:

-Primero que todo, el de lo que podríamos designar como la celebración doméstica, cuando se realizaba un rito con la sangre (se marcaban el dintel y los postes de las casas), además de la cena propiamente dicha.

-Luego la celebración centralizada en Jerusalén, que incluía un sacrificio cultual con la sangre (recogida por los sacerdotes en vasijas que se pasaban de mano en mano hasta el altar), la parte que correspondía a Dios en el banquete de la comunión; y una cena, que obedecía a un ritual bien establecido, en el que jugaban un papel fundamental las carnes del cordero, el pan ázimo, las hierbas amargas y las cuatro copas de vino. Todos estos elementos de la cena encarnaban simbólicamente el memorial del éxodo para ser compartido fraternalmente. La cena tenía una hermosa estructura pedagógica, que permitía que los niños aprendieran experimentalmente a ser judíos, a convertirse en miembros del pueblo elegido.

-En la época de Jesús, la cena pascual tenía además una importancia escatológica muy grande. Las esperanzas mesiánicas eran cultivadas de una manera especial en esta cena, lo que hace bien comprensible el hecho de que, ya en los mismos relatos por lo menos de los sinópticos, se dé tanta trascendencia a la referencia a esta fiesta.


La celebración pascual de los judíos de hoy



¿Cómo nos narraría hoy un judío su celebración pascual? Hay que tener en cuenta que, desde la destrucción del templo en el año 70 d. C. por los romanos, los judíos renunciaron a comer en la cena pascual un cordero inmolado. Y también, que la cena pascual se celebra una vez que se ha asistido a la liturgia sinagogal.

Todo comienza en la tarde del Seder. Seder significa orden: los judíos llaman a la cena pascual cena del Seder, porque en ella todo está rigurosamente ordenado, pues se trata de la tarde más solemne del año.

Con anticipación ha sido retirado todo pan fermentado y ha sido guardada la vajilla ordinaria. Para la fiesta hay una vajilla especial. Se prepara pues la fuente del Seder (el plato), se ponen las copas en las que se servirá el vino como signo de la alegría, se acercan las sillas cómodas que reemplazan los triclinios en los cuales se recostaban los comensales en las cenas antiguas.

La introducción consiste en el servicio de la primera copa de vino, que se bebe mientras se pronuncia una oración de alabanza. El padre de familia moja entonces la verdura en un agua salada, pronuncia una bendición y da algo a cada uno. Luego reparte un pan ázimo, del que separa la mitad para después de la cena.

Ahora tiene lugar la cena propiamente dicha. El padre de familia dirige una invitación a "los que tienen hambre y a los pobres". Se sirve entonces la segunda copa. El menor de los asistentes pregunta sobre la razón por la cual se celebra en esta forma la fiesta. Todos responden:

Un día fuimos esclavos del Faraón en el Egipto; entonces nos condujo el Eterno, nuestro Dios, fuera de allí.

Se narra entonces la historia de la liberación. Con ocasión de la narración del recuerdo de las diez plagas, cada uno mete un dedo en la copa de vino, toma diez veces una gotita y la derrama. No se debe beber completamente la copa de la alegría, pues entonces hubo mucho sufrimiento entre las gentes en el Egipto.

A la narración de la historia de la liberación responden todos con el Hallel, el conjunto de salmos de alabanza que tienen que ver con la liberación del Egipto. Se bebe entonces la segunda copa. El padre de familia toma el pan, pronuncia la acción de gracias, lo parte y da de él un trocito a cada uno. De la misma manera toma de las hierbas amargas, las sumerge en la salsa, pronuncia una bendición, y da a cada cual de comer.

En ese momento son traídas las viandas propiamente dichas de la cena. Antiguamente se comían ahora las carnes del cordero. El postre es simplemente el trozo de pan ázimo reservado para este momento.

Después de comer se sirve la tercera copa. El padre de familia comienza la oración de la mesa con las palabras: "Alabemos a quien nos da el alimento!", y reza la oración de la mesa. Se bebe entonces la tercera copa.

Se sirve finalmente la cuarta copa. Se abre la puerta para que pueda entrar el mensajero del Mesías, el profeta Elías. En medio de la mesa se pone una copa llena de vino para él. Se canta la segunda parte del Hallel y se bebe la cuarta copa.

Con una oración de conclusión se termina la celebración.

Podría decirse que celebrar la fiesta de la Pascua ha sido siempre para el pueblo judío asumir la memoria de su historia, entendida como historia de liberación.

La Pascua judía era celebrada desde sus orígenes con una comida. A los panes ázimos se añadió el rito del sacrificio y banquete de un cordero. Así se recordaría anualmente la pascua del Señor, la liberación del pueblo.

El acontecimiento del éxodo de Israel y su salida de Egipto hacia la tierra prometida se conmemoró mediante la institución pascual o el memorial de liberación: salida hacia la libertad, final de la antigua existencia y donación de nueva vida.

Celebrada por las tribus en su lugar de asentamiento, la Pascua se restringió más tarde a Jerusalén y al Templo, convertidos en lugares de peregrinación.

En tiempos de Jesús, la Pascua era la fiesta más importante de los judíos. Según Ex 12 y Dt 16, la Pascua es el «paso de Dios» para salvar a su pueblo de la esclavitud y llevarlo a la libertad.
Según una tradición judía, la Pascua era asimismo aniversario de la creación.


3. Diálogo con Dios

A la luz de esta Palabra y estas reflexiones, pregúntate qué te pide el Señor... Háblale como a un amigo. Pídele perdón, dale gracias. … Escucha en tu corazón qué te dice el Señor. Pide que te ayude para poder llevar a la práctica los deseos que han surgido en tu corazón.


ORACION FINAL


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Señor, aquí estoy delante de ti.
Ayúdame a tomar conciencia viva de que tú estás conmigo siempre.
Esté donde esté, tu presencia amorosa me envuelve.
Dame tu gracia para que este rato de oración me sea provechoso.
Que vea claro qué quieres de mí.
Dame un corazón nuevo, que me guíe por tus caminos de amor.
 Me pongo en tus manos, Señor.
Soy todo tuyo.
 Haz de mí lo que tú quieras.
Amén.